6 abr 2009

LA FUENTE

Como soy un hombre que ama la naturaleza, me gusta pasear fuera del contorno de las urbes.
Hoy me gustaría que me acompañases, a ver una fuente que hay en el bosque. Como puedes ver el camino es muy estrecho, y muy deforme con muchas piedras, ramas colgantes que entorpecen el paso, ves con mucho cuidado, porque si te acercas mucho a la orilla, te pincharás con las zarzas. El camino es muy angosto, a la gente de ciudad no le agrada, porque prefiere un ancho paseo marítimo.
Ya llegamos a la fuente, detrás de aquel tupido recodo se esconde, para ser vista solo por quien la busca, y desea beber de su maravillosa agua. Mientras llegamos, que son cuatro pasos mal contados, te quiero pedir que reflexiones conmigo, y traslades esta fuente a los caminos de mi Dios, desde que hemos comenzado, asta que regresemos de nuevo.
Mira hablando, hablando, ya hemos llegado, prueba de esta agua tan maravillosa, limpia, cristalina, pura, sin cloro ni impurezas, agua que nace en el mismo corazón de la montaña.
No sé, si conoces la trinidad, son tres personas distintas, pero a la vez son una sola persona, (Padre, Hijo; Espíritu Santo). Hay….. No me pongas esa cara de sorpresa, intentaré explicarte este maravilloso misterio. Dios sería esta fuente, en medio de la naturaleza, donde nace esta agua tan deliciosa. Jesucristo sería el conducto que se a formado y puede sacar el agua asta el exterior. El Espíritu Santo, sería el agua misma de la fuente, tenemos tres cosas distintas, pero a la vez una sola cosa, la fuente. ¿Qué, mas relajad@ ya?
Ya entrados en materia, analicemos un poco más esta reflexión, que llevamos a medias.
La fuente donde nace el agua no se ve, pero existe, el canal que saca el agua asta fuera no se ve (excepto los Espeleólogos) pero existe. Los cristianos de corazón, no de religión. Son como esos Espeleólogos que entran al corazón de la cueva, donde tiene origen la fuente, analizan el agua y los conductos, para aprovechar sus recursos. Lo que conduce a los Espeleólogos asta el nacimiento del agua en la fuente, es el conducto que hemos dicho que seria Jesucristo que él mismo nos conduce a Dios. Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
El agua sale desde donde no vemos, es conducida por un canal que no vemos, y llega asta nosotros, pero solo la aprovecha aquel que sabe de la fuente. El que no sabe que hay esa fuente, se queda en la ciudad bebiendo agua impura con residuos y lejías. El agua que no se aprovecha se pierde, y nadie la prueba, porque no saben de donde salió.
Alguien puede pensar que esa fuente no existe, pero eso no hará que deje de manar agua, eso si, el tal no se beneficiará de la rica agua de la fuente.
Igual que el agua, es el Espíritu Santo, no tiene forma física, es puro y transparente, es protegido desde su origen, dijo Jesús en Mateo 12:31 Que toda blasfemia le será perdonada al hombre, pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no será perdonada. Eso quiere decir que todos los testigos de Jehová van al infierno, porque la traducción del nuevo mundo de las santas escrituras, también lo dice, y ellos llaman al Espíritu, fuerza activa como si de un detergente se tratase, BLASFEMAN CONTRA EL ESPIRITU. También los musulmanes en vez del paraíso van al infierno, porque blasfeman contra el Espíritu. Por más que pienso no comprendo como pueden ignorar a ese amigo tan especial, delicado como aroma perfumado, suave como la brisa de una mañana primaveral, fresco como pétalos de rosa, haciendo en nosotros cada día cosas nuevas. Su compañía es como sueño del que no quiere despertar, podemos sentir sus caricias en nuestro cuerpo, espíritu, y alma, podemos ser su amigo o no. Eso queda a nuestra elección, puedes ignorarlo pero no impedirás que exista.
La función del agua es dar vida al estado animal y vegetal, el vegetal por cuanto se han de regar los campos para dar mejores frutos. Así el Espíritu Santo viene a nuestra vida para sanarnos y sanearnos, sanarnos por la llaga de Jesús, nos dice en Isaías 53:5, que es el conducto por donde nos llega el agua.
Cuando el agua ya está fuera, se puede desperdiciar o aprovechar, si la desperdiciamos no hace falta hacer nada.
Si decidimos aprovecharla, tenemos que hacer canales o acequias, las primeras mas grandes, para que vayan suministrando agua a las mas pequeñas, que llegan a ser las mas importantes ya que estas llegan al mismo campo para regarlo lo que es imposible para las grandes por sus dimensiones. Ahora si una acequia pequeña, está sucia y rota, no podrá llegar el agua al campo y este quedará seco, y si la acequia rota es la grande entonces serán muchos campos los que quedarán por regar. Si eres una acequia grande o pequeña medita, si estas en condiciones de que por ti, pase el Espíritu Santo, entonces clama a Dios por más agua, si no estas en condiciones no abandones que con esfuerzo todo se restaura.
Esta es la fuente que quería mostrarte en plena naturaleza, volvamos para casa, pero no volvamos hablando, no volvamos en silencio, volvamos cantando, al Rey del universo.

Safet Hernández

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