En Lucas 9:59-60, alguien dijo a Jesús te seguiré pero: Señor déjame que primero vaya y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. Al decir déjame que primero entierre a mi padre, no se trata de un funeral, con lo amoroso que es Jesús no habría hablado así a una persona dolorida por la perdida de su padre, se entiende que esta persona se refería; quedarse junto a su padre asta que este muriese. La expresión deja que los muertos entierren a sus muertos es muy sencilla de explicar; Jesús dijo en Juan 10:10 …. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Solo los que aceptan a Jesús como su redentor pueden tener esta vida, como también dice Hechos 4:12. Los que no aceptan a Jesús como su único y suficiente salvador son estos que Jesús llama muertos, que pueden cantar, reír, gritar, pero en verdad están muertos porque no hay auténtica vida en ellos, una vida que llegue más allá de la muerte física, debemos predicar para que muertos vivientes puedan tener vida de verdad.
Otro caso pintoresco de muerto resucitado lo encontramos en 2ª Reyes 13:20-21, resumo; bandas armadas de moabitas hacían incursiones en Israel, en esta ocasión había una comitiva que se encaminaba a enterrar a un muerto, es de suponer que lo hacían entre llanto y mucha solemnidad, en ese tiempo no había cementerios, se hacia una cueva en la roca y se aprovechaba el sepulcro varias veces, ya habían despejado la entrada, cuando súbitamente vieron una banda armada la comitiva tiró el muerto de cualquier manera y se fueron corriendo, el muerto al caer tocó los huesos ya secos de Eliseo y revivió, ahora imaginen el panorama, los más jóvenes corriendo delante para que no los matasen los moabitas, mujeres y ancianos corriendo detrás de los más jóvenes, el muerto al volver a la vida desconcertado en el sepulcro, al salir y ver la banda armada y sin deseos de morir por segunda vez corriendo detrás de los parientes, y animándoles a correr más; la verdad no se a quien le tendrían más miedo a los moabitas o al protagonista del funeral.
Una historia humorística, tal vez dramática, o simplemente un hecho insólito, pero quiero comentar algunos matices de esta historia: 1º Eliseo uno de los siervos de Dios que han existido con más unción, murió de enfermedad, servir a Dios no es una vacuna inmunológica, se le sirve por amor y te aseguro que es rentable.
2º Es triste que no hubiese nadie dispuesto de corazón, para pasar la unción de Eliseo a otra persona como Elías la pasó a Eliseo.
3º Ni la muerte pudo quitar la unción que Dios había dado a Eliseo, se quedó con sus huesos secos, eso es buena noticia para nosotros, porque lo que nos da Dios nadie puede quitárnoslo, solo nosotros podemos dejar que se pudra en nosotros, pero si nos aferramos a ello, no hay fuerza física o espiritual que nos lo pueda quitar.
4º Cuando un muerto de los que mencionaba al principio, toca la unción de Dios; esté la unción donde esté, el muerto espiritual vive.
5º Lo más importante; en un acto tan solemne como es un funeral, tiraron el cadáver ante el inminente peligro, Dios quiso reflejar aquí las religiones, que muy santurrones mientra todo va bien, pero ante las dificultades abandonan protegiéndose según sus fuerzas, por esta razón siempre dejo claro que a Dios, se le busca de corazón y no a trabes de ninguna religión, necesitas crear una comunión con Dios, donde él pueda hablarte y darte sueños, porque de esta forma si que podrás luchar por aquello en que sueñas, desear algo no te da fuerzas para luchar si el sacrificio es mayor que el deseo, pero soñar es conseguir, yo te animo busca a Dios mientra pueda ser hallado pídele sueños auténticos y verás lo que es vivir aventuras.
Safet Hernández
2 dic 2009
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