Dice el refranero español “ el que no cree en buena madre tendrá que creer en mala madrastra” eso mismo les pasó a los judíos, estaban tan placenteros en su rutina, tenían tan cerca a Dios que se olvidaron de él, cantaban canciones a Dios, hacían fiestas solemnes, pero solo eran puras tradiciones en sus corazones no estaba Dios.
Dios siempre ha querido tener y mantener una relación directa y personal con el individuo pero a veces somos como las cortinas de casa, las colocas limpias, se van llenando de polvo poco a poco tan disimulado que no te das cuenta que están cambiando asta el color por el polvo, asta que un día las lavas y asta te sorprendes al colgarlas de nuevo.
Al ser humano nos sucede igual, aceptas a Jesús como tu Salvador y él borra todos tus problemas, poco a poco, una mentira piadosa, un día que no perdonamos, algo de rencor, un poco de indolencia ante el necesitado, y mil cosas más que tu puedes añadir, poco a poco no vamos cargando de cosas que van desplazando a Dios, sin darnos cuenta Dios va muriendo en nuestras vidas, asta que aparecen los síntomas de haber abandonado a Dios como en el Salmo 137 entonces nos acordamos de Dios por avernos abandonado, pero en si fuimos nosotros quien no supimos disfrutar de Dios.
Hay quien sirve a una religión con más fervor que a Dios, incluso quien mata en el nombre de aquel que dijo no matarás (Éxodo 20:13, y Dt. 5:17).
Si no aprendemos a disfrutar a Dios en vida que nadie piense que disfrutará de Dios después de muerto, a mi me encantan las flores si alguien me las quiere regalar que lo haga mientras yo esté vivo que no me las traiga a la tumba cuando no las pueda ver ni oler.
Hay una parábola en Mateo 25: 1 al 13 que habla de las diez vírgenes, todas le amaban solo la mitad se fue con él.
Disfrutar a Dios es vivir con él, tener una relación de amigo, hablarle y escucharle, es aceptar a su hijo Jesús de Nazaret como intermediario porque dice en Hechos 4:12 que no hay otro nombre en el que podamos ser salvos, disfrutar a Dios es soñar con él, disfrutar a Dios es ayudar al necesitado, disfrutar a Dios es contemplar su creación, re-disfrutar de Dios es pasar la eternidad con él, disfrutar a Dios es hacer las cosas a su manera, disfrutar a Dios es ser amigo del Espíritu Santo, pero hay que empezar a disfrutarlo ya, eso no es una lotería es una decisión.
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