Y me puso por saeta bruñida, me guardó en su aljaba; (Isaías 49:2) Ser una flecha en manos de Dios es una bendición que deseo para mi, quisiera mostrar la similitud que hay entre una flecha o saeta, y un cristiano, si el arquero es bueno (Dios es el mejor) funde el metal y con un molde hace las cabezas de flecha, luego lo pule y abrillanta lo que se conoce como bruñido, la flecha tiene que estar perfectamente equilibrada, puntiaguda y afilada, después se le coloca un astil largo de madera, aluminio o carbono, con plumas para estabilizarlo, las plumas representan al pastor guiando y el consejo estabilizando.
Hay flechas para diana con una punta cilíndrica no mas gruesa que el astil, esta la podríamos semejar a la alabanza que solo es para ministrar, otras flechas son para la caza en el tiempo Isaías eran para guerrear, nosotros la utilizaremos para la guerra espiritual, si lanzamos flechas para diana heriremos al enemigo, pero si lanzamos las de caza lo mataremos.
Ya tenemos la flecha preparada y a punto de ser lanzada, ahora lee lo que dice la escritura; me guardó en su aljaba. Este es el gran problema del cristian@ Dios nos salva, nos cambia, nos prepara y algunos dejan el Camino porque Dios no los usa, pero las flechas buenas no se lanzan al azar, hay que tener un objetivo claro, mientras todas las flechas buenas van en la aljaba (bolsa cilíndrica) se rozan unas con otras, como los buenos cristianos nos rozamos, pero no se puede perder de vista que tenemos un fin común y servir al arquero es nuestra función.
Puedes pasar tiempo en la aljaba pero cuando la mano de Dios te coja para usarte todo sucederá rápido casi sin enterarte de los cambios solo si estas en condiciones de ser usad@, por el REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
Safet Hernández
9 may 2010
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Hola safet, muy bueno esto escrito, pero que hay del libro que ibas a publicar yo quiero uno je je je.
ResponderEliminarSegún el contrato tenía que salir a medidiados de Mayo no creo que tarde mucho, cuenta con uno pero lo compartes con tu mujer eh que me acuerdo mucho de vosotros.
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