Es lindo ver un pajarillo cantando en su jaula, pero quien nos dice: que lo que hace no es llorar anhelando la preciosa libertad, pero más peligroso es dejarlo en libertad porque le espera una muerte segura, no ha sido adiestrado en su habita para sobre vivir, de todas formas queda atrapado en los barrotes de su jaula.
También nosotros a veces estamos enjaulados, aunque nuestras jaulas no tengan barrotes visibles, pero son demasiado fuertes para escapar de ellos, estamos atrapados en un sistema del que no podemos escapar, con mucha y buena tecnología su majestad el rey don dinero es el lazo para atraparnos en nuestra jaula particular, si careces de él, te ves en la obligación de abrazar la desesperación sin saber si cantar o llorar, si puedes escapar la desesperación apretará un poquito más.
Si tienes mucho del soñado y codiciado valor sea en papel o metal o esas cuentas fantasmales compuestas solo de números que si el sistema falla puedes perder todo por lo que ha luchado, también estas enjaulado entre invisibles barrotes de la opresión, no puedes salir de la jaula ni que dejen la puerta abierta, porque en ella está tu seguridad y fuera te da miedo, ora que no haya un terremoto y se destroce la jaula.
De una y otra forma estamos enjaulados en un sistema que no podemos cambiar, añorando una libertad que nos parece prohibida, ¿Qué pasó con el trueque? Que la gente intercambiaba cosas sin intención de lucro, y con lo necesario eran felices, no defiendo ese sistema como opción porque de hacerlo reconocería que no estamos atrapados en la jaula, eso ya no funciona.
Pero hay una forma de libertad en Juan 8:36 dice: Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Pero el Hijo no puede libertar a nadie si se le busca a través de una religión sea la que fuere porque solo cambia la jaula que aunque sea dorada y bonita sigue siendo una jaula, Jesús es vida y vida en abundancia. Cuando me siento oprimido a veces asta llorando, me arrodillo ante mi Dios en nombre de Jesús amado y en pocos segundos estoy sonriendo, pienso que esta vida son cuatro días mal contados y después estaré con mi Dios por una eternidad paseando por esas calles de oro transparente como vidrio que nos habla Apocalipsis 21:21 beber en ese río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que nos habla Apocalipsis 22:1 esa será la autentica libertad, pero la eternidad no empieza cuando mueres, empieza cuando aceptas a Jesús como tu suficiente y único Salvador, sin rituales ni pagos, a solas de corazón a corazón.
Safet Hernández
29 ago 2010
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